No es la primera vez que tratamos el tema de lo decepcionante que es el sector de la hostelería en España en cuanto a vinos, de la profunda tristeza que produce comprobar que, en un gran productor de vinos de calidad como es nuestro país, sea misión imposible encontrar lugares donde se pueda de ir de vinos sobre seguro al salirnos de las cuatro vinotecas de turno.
Vino tinto, blanco, rosado… y, en Marruecos y en verano, también gris.
Juan Gil Bodegas Familiares es un grupo formado por una serie de pequeñas bodegas que, repartidas por toda la geografía española, se han ido incorporando a la matriz desde el año 2002. Un serie larga, por cierto. ¿Y quien mucho abarca poco aprieta? En este caso, no. Los de Juan Gil hacen buenos vinos allá donde vayan; también en su «bodega madre» de Jumilla, donde estuvimos hace unos días y a donde, seguro, volveremos.
Recién vueltos de Ciudad del Cabo y sus alrededores, que la provincia sudafricana de Western Cape da para mucho, os proponemos cuatro recomendaciones para que, si viajáis por allí con espíritu enoturístico, tengáis algunas referencias entre la amplia oferta enológica y gastronómica que encontraréis.
Roca madre:
1- GEO. Roca que mediante procesos de meteorización y erosión da lugar a la formación de la parte inorgánica del suelo.
2- Grupo independiente de viticultores apegados a su tierra, originaria de su propia roca madre: Akilia, Almaroja, Clos Lentiscus, Ramon Pardas, Maldivinas, Quinta Milú, Saó del Coster y Viña Zorzal.
Hablemos hoy de la segunda acepción del término, del grupo de hacedores de vinos que se unieron, hace ya unos cuantos años, para ayudarse, compartir conocimiento y, por qué no, vivir el vino y la viticultura en la mejor compañía.
Si pensabas que en el enoturismo estaba todo inventado, te equivocabas de pleno. Catas-maridaje, talleres de poda, vendimia infantil… y, ahora, experiencia en globo para los amantes del vino y los paisajes a vista de pájaro. ¿A quién se le ha ocurrido? A la Bodega Cyan (D.O. Toro), perteneciente al Grupo Matarromera, a pocos kilómetros del municipio toresano.
Los malditofiloxeros hemos estado hace poco en el Priorat. Os ahorramos el típico reportaje sobre la comarca -una de las dos con denominación de origen calificada junto a La Rioja-, que para eso están la wikipedia y la completa web de su consejo regulador. Lo que os proponemos son cinco recomendaciones para que, si os dejáis caer por allí, algo a lo que os animamos encarecidamente, y tenéis poco tiempo, podáis haceros una buena idea de lo que el Priorat representa enológica y turísticamente.
La semana pasada pedimos a nuestro mentor y sumiller Juan Carlos Torres que fuera nuestros ojos -y, sobre todo, nuestra nariz- en Enofusión 2016 en busca de lo mejorcito que allí se presentaba. Esta es su crónica.
12:30 PM. Un buen bocata antes de entrar. Maridaje: agua. Que vinos hay, fijo. Habrá que hacer cola para registrarse. Como siempre. ¿Sólo una persona delante? Como nunca. Ya estamos dentro. Enofusión 2016, allá vamos. Espero que te portes bien con nosotros. Decidido: imposible catar decenas de vinos en una jornada. Ni escupiendo, aunque sea de mala educación. Toca seleccionar. Como siempre.
Son tres las fuentes de vino gratis repartidas por la geografía española, si bien la única que podríamos denominar «fija» es la mas conocida, la de Bodegas Irache. Se encuentra en el municipio navarro de Ayegui y está adosada a uno de los muros de la bodega, por la que pasan los peregrinos camino de Santiago. A ellos va destinado el vino joven que mana de uno de sus dos caños (del otro sale agua), según reza una placa anexa: «Peregrino / si quieres llegar a Santiago / con fuerza y vitalidad / de este gran vino echa un trago / y brinda por la Felicidad».
Este ha sido el XVI salón de los mejores vinos españoles según Guía Peñín pero para nosotros ha sido el primero y, por tanto, el más emocionante hasta la fecha. Esperamos que no sea el último 😉
La famosa guía de José Peñín ha tirado la casa por la ventana para dar a conocer a profesionales y aficionados los mejores caldos del año. Quizá, este año más que nunca, porque han batido récords con más de 4.000 asistentes en un solo día.
Decíamos en De vinos por Croacia (parte 1), que no todos los wine bars croatas son multimarca. Lo cierto es que comprobamos que algunas bodegas locales abren sus propias tabernas para promocionar, entre turistas pero también lugareños, sus mejores caldos.
Sorprende mucho la cultura del vino que se respira en este pequeño país del Adriático. Croacia no tiene los mejores vinos, ni son los más conocidos, ni siquiera los más económicos –la verdad es que son caros, entre 5 y 8 euros una copa- pero, sin duda, merece mucho la pena catarlos porque son deliciosos y diferentes.
Los malditosfiloxeros hemos tenido el privilegio de visitar la cava en la que el grupo restaurador Adolfo atesora los vinos destinados a los clientes de sus diversos restaurantes en Toledo y Madrid, principalmente en la homónima casa madre, fundada hace más de 35 años por Adolfo Muñoz. La espectacular cava ocupa una antigua vivienda judía construida entre los siglos IX y XI, que conserva, entre otras reliquias históricas, una alcantarilla romana del siglo I y dos aljibes del XVI. Y, por si uno no se sintiera suficientemente sobrecogido en semejante entorno, unas 35.000 botellas de más de 2.500 referencias.
Hay “caminos de Santiago” para todos los gustos. Andando, en bici, a caballo, en coche, de albergue en albergue o de hotel de lujo en hotel de lujo, por motivos religiosos, espirituales, deportivos, turísticos o gastronómicos… Pero faltaba uno, quizá el mejor: el Camino de Santiago enológico, es decir, el “Cavino”. Y ya está aquí: un viaje de nueve días con visitas a bodegas de las denominaciones de origen por las que transcurre la ruta jacobea.
Son muchísimas las bodegas de La Rioja que aceptan visitas, pero pocas en las que se las curren tanto y tan bien como en Bodegas Bohedal, situada en la localidad de Cuzcurrita de Río Tirón. Estuvimos hace algunos días por allí catando tres vinos de sendas barricas de roble americano, rumano y francés y aún nos dura el buen sabor de boca. Y no nos referimos sólo a lo bebido, sino también a la charla de casi tres horas que mantuvimos con Leire Tejada, un soplo de aire fresco para la bodega (y para el sector) y nuestra cicerone.
Es un país del tamaño de Ibiza, compuesto por tres islas (la que le da nombre más Gozo y Comino) en las que apenas se ve un árbol; las parcelas destinadas a la agricultura son todas necesariamente pequeñas y dan la impresión de aprovechar al máximo hasta el último centímetro cuadrado; el clima es muy cálido y húmedo durante la mayor parte del año; el agua cuesta tanto o más que la cerveza… Con semejante currículum, uno aterriza en Malta pensando que deberá aparcar su afición al enoturismo y al disfrute de los vinos locales hasta mejor ocasión. ¡Error!
Alojamiento en bodegas-hoteles, visitas a bodegas, cursos de cata, propuestas de vinoterapia… Afortunadamente, las actividades enoturísticas se cuentan a cientos en España… pero los más frikis siempre echamos en falta alguna. A dos miembros de MALDITA FILOXERA se nos ocurrió, hace unas semanas, aprender a podar vides, tarea que toca en los viñedos en invierno, y nos costó localizar ofertas en internet. Puestos en contacto con las cinco o seis finalmente encontradas, la mayoría requería de un grupo numeroso para su realización o estaban abiertas sólo a socios y colaboradores. Únicamente los responsables de turismoenlarioja.com nos dieron todas las facilidades y nos animaron a desplazarnos a la localidad riojana de Clavijo.
Ayer comenzó Enofusión 2015, la feria del vino que se celebra en paralelo a la gastronómica Madrid Fusión en el Palacio Municipal de Congresos de Madrid. Más dirigida a profesionales que al público en general, también abre sus puertas a éste previo pago de una entrada de 35 euros, válida para sus tres días de duración. Amablemente acreditados por la organización, hemos visitado la feria y, visto lo visto, sólo podemos hablar de éxito rotundo, al menos en lo que a asistencia se refiere. Organizadores y expositores ya harán, más adelante, sus correspondientes valoraciones económicas y relacionales; los participantes en las catas, sus disquisiciones enológicas. En MALDITA FILOXERA, siempre atentos a las necesidades del común de los mortales, nos toca plantearnos algunas cuestiones más pedestres en el ágil formato preguntas/respuestas.
Existen evidencias arqueológicas que indican que las producciones de vino más antiguas provienen de una extensa área que abarca Georgia e Irán, los Montes Zagros.
Esta vasija del año 5400 a. C. hallada en el poblado neolítico de Hajji Firuz Tepe lo confirma:
El pasado fin de semana, el equipo de MALDITA FILOXERA se trasladó hasta Bodegas Cepa 21 (del Grupo Emilio Moro), en la Ribera del Duero, para vivir la experiencia de la vendimia en un taller que incluía la selección y el corte de racimos, el pisado de la uva y una cata de su vino más joven (ocho meses en barrica de roble francés y americano), el fantástico tinto Hito.
Desde luego, os recomendamos encarecidamente la experiencia si tenéis curiosidad por ver cómo se separa el raspón de la uva, saber desde el primer mosto cuánto grado alcohólico tendrá el vino o coger unas tijeras de poda y llenar un cesto de racimos. Pero, sobre todo, os animamos a que piséis las uvas recolectadas.
Gracias a Baco, como más se aprende de vino es bebiéndolo. A continuación, visitando lugares relacionados con él y escuchando a gente que sabe. Uno de esos lugares es el Museo Vivanco de la Cultura del Vino, en la localidad riojana de Briones. Se trata de uno de los mejores museos de España. A secas. Y punto. Porque en todo -atención al visitante, organización, disposición de las piezas, rótulos informativos y demás elementos de esa ciencia llamada museología- está a la altura de cualquier otro, llámese Prado de Madrid, Guggenheim de Bilbao o Romano de Mérida.
La relación entre el número de locales que sirven bebida en Madrid y el número de ellos que ofrecen vino en condiciones es muy mala. Si entras en cualquiera y pides una cerveza, recibirás un brebaje más que aceptable en la mayoría. Si pides un vino tinto, en cambio, lo más probable es que se limiten a preguntarte “¿Ribera o Rioja?” y te sirvan un caldo que haga honor a tal sustantivo por su inadecuada conservación a temperatura ambiente y que, si no está avinagrado, se encuentre en vísperas de estarlo. Esto no quiere decir que no haya locales que sirvan buenos y bien conservados vinos. Los hay a cientos, pero, como decía, son minoría en una ciudad en la que se estima una media de un bar o restaurante por cada 400 y pico habitantes, dependiendo del año.
Maldita Filoxera 