Coravín: la maravilla para extraer el vino sin sacar el corcho

Saberes

Pocas cosas dan más rabia en el mundo del vino que querer probar una copa de uno determinado y que el camarero te comente que ese, justo ese, no se sirve por copas. Generalmente, se trata de un vino de precio elevado, por lo que el bar o restaurante considera que no merece la pena su descorche, dando por hecho que servirá sólo dos o tres copas antes de que se eche a perder.

El resultado es que el cliente pide un vino que le apetece menos y se arrepiente de no haber acudido al sitio en cuestión con toda la tropa de amigos para poder afrontar la botella entera. ¿Tiene todo esto solución? Sí, basta con que el establecimiento se haga con un coravín.

Vino de hielo

Vinos de hielo: la exquisitez del frío extremo

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Si oís por ahí eso de “esto maridaría estupendo con un vino de hielo”, que sepáis que no os están proponiendo un vino on the rocks o granizado.  El vino de hielo -traducción literal de eiswein en alemán– es un vino procedente de uvas que se han helado en la cepa debido a las bajas temperaturas. ¿Pensabas que esto podría echar por tierra cualquier posibilidad de hacer un vino? Pues no, en Alemania, Austria, Francia, Canadá… han demostrado que de ahí puede salir uno excelente.