¡Mañana es Nochebuena y pasado, Navidad. Dame la bota María que me voy a emborrachar! Pues claro que sí, ¿qué Navidad que se precie no se riega con alcohol? Tinto, blanco, rosado, espumosos… todos pueden convivir en la misma mesa, eso sí, cada uno de ellos cuando procede. Unas pistas: