El Dr. Esteban Jódar, sobre el vino y la salud: «A veces es difícil tener certezas incluso para los profesionales»

Entrevistas

No hay mes en que no leamos una noticia sobre las bondades del consumo moderado de vino, sobre todo del tinto. Que si es estupendo para el corazón, que si tiene efecto antioxidante gracias al resveratrol, que si ayuda a combatir el sobrepeso, que si previene enfermedades neurodegenerativas e incluso diferentes tipos de cáncer… En MALDITA FILOXERA hemos preguntado por la ciencia detrás de todo esto a uno de los endocrinos más reputados de España, el Dr. Esteban Jódar, Jefe del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Quirón de Madrid y Profesor Titular de Endocrinología de la Universidad Europea de Madrid. El Dr. Jódar es, además, un gran comunicador, que hace accesible su experiencia y conocimientos al gran publico a través de las redes sociales y su blog «Doctor, no como para lo que peso».

Desde el rigor científico, a día de hoy, ¿cuáles son los beneficios comprobados del vino para el organismo?

Aunque con algunas controversias, la ingestión moderada de alcohol se ha asociado a una reducción de la mortalidad global y de causa cardio-vascular (infartos, accidentes cerebrales, enfermedad arterial periférica…). No obstante, al proceder los datos de estudios observacionales y no de lo que llamamos estudios controlados, en los que intentamos eliminar o reducir mucho el efecto del azar, los datos no son definitivos. Entre los distintos alcoholes, más allá de la experiencia de cualquiera de nosotros sobre las diferencias entre el vino o los destilados al día siguiente de haber tomado dos o tres copas de más, algunos datos apuntan a que la ingestión de vino -posiblemente más de tinto- podría tener un beneficio cardio-vascular añadido frente a los destilados o las cervezas. En lo referente al resveratrol, los datos experimentales hallados en animales sobre sus beneficios no son posibles en humanos a través de la ingestión de vino salvo que alguien se plantee consumir 1.000 litros al día de esta bebida.

Vayamos al lado contrario: sin contar los perjuicios evidentes que conlleva abusar de cualquier bebida alcohólica, ¿cuáles son, si los hay, los efectos indeseados del consumo de vino? ¿Quiénes no deberían tomar ni una copa?

En general, la ingestión moderada de alcohol no presenta problemas para la mayoría de las personas. En sujetos en apariencia sanos, es absolutamente segura la toma de una o dos copas o medidas de alcohol al día, dependiendo del tamaño corporal, aunque deben quedar excluidos algunos grupos, como las mujeres embarazadas, quienes tienen graves antecedentes familiares de alcoholismo y los pacientes con enfermedades hepáticas o pancreáticas asociadas a la ingestión excesiva de alcohol o con otras patologías como la gastritis o la esofagitis.

"Disfruto de un buen vino, preferentemente español, cuya relación calidad-precio encuentro única en el mundo".

«Disfruto de un buen vino, preferentemente español, cuya relación calidad-precio encuentro única en el mundo».

Como ocurre con tantos alimentos, es frecuente que, respecto al vino, un día salga un estudio que diga una cosa -por ejemplo, que el resveratrol del que hablábamos es la panacea-  y, al poco tiempo, otro que diga lo contrario. ¿Cómo debemos afrontar estas informaciones contradictorias los ciudadanos?

En general, el conocimiento científico avanza a pasos como el tango, con estudios positivos y negativos hasta que se consigue una nueva pieza del puzle que explica ambos o que descarta uno de ellos. A veces es difícil tener certezas incluso para los profesionales. Para mí, deben ser las sociedades científicas (de endocrinólogos, de nutrición…) y los organismos nacionales y supranacionales (Ministerio de Sanidad, Escuela Nacional de Sanidad, Comisión Europea…) los responsables de transmitir la información a la población general. Algunos profesionales, además, intentamos informar a los ciudadanos a través de los medios de comunicación o del mundo 2.0, pero encendiendo siempre la llama de la lectura crítica, también de las publicaciones científicas.

Con independencia de sus efectos positivos o negativos, ¿cómo debe encajar el vino en la dieta del ciudadano medio? Entendiendo por tal el que es consciente de que tiene que «comer sano» por regla general pero no renuncia a permitirse un exceso, como beber más de una o dos copas de vino, de vez en cuando.

El estilo de vida mediterráneo ha probado reducir el riesgo de enfermedad cardio-vascular, mortalidad global y cardio-vascular, diabetes… Entre sus componentes, además de verduras, frutas, legumbres, cereales, más pescado que carne, frutos secos y aceite de oliva, se encuentra la ingestión moderada de alcohol en las cantidades que comentaba antes. Tomar más de un par de copas un día no tiene riesgos, pero, si se hace con frecuencia, está claramente establecido el riesgo de aumento de mortalidad, cirrosis, cánceres de cabeca y cuello, pancreatitis y cáncer de mama en mujeres.

Háblenos, para terminar, de sus gustos personales. ¿Cómo es su disfrute del vino? ¿Cuáles son sus preferencias?

Disfruto de un buen vino, preferentemente español, cuya relación calidad-precio encuentro única en el mundo, como sucede con los de las denominaciones de origen clásicas: los excelentes riberas, tanto de las bodegas más afamadas como de las menos conocidas; los riojas, aunque aquí prefiero los más modernos con menos taninos, o los prioratos, que conocí hace lustros por un buen amigo médico de aquella zona… Ahora bien, no paro de maravillarme al catar tantos otros como los excelentes mono-varietales que he probado de Jumilla, los nuevos vinos aragoneses o manchegos, los del Bierzo… y eso hablando sólo de tintos. Creo que vivimos en un país privilegiado por su estilo de vida, estilo en el que debemos incluir una excelente cantidad de vinos de calidad, que siempre disfruto mucho más en buena compañía.

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